miércoles, 25 de febrero de 2009

El Regreso de Rojito


Es una tarde de Abril del 2008, como cualquier otra. Templada, primaveral, luminosa. Como cada día por la tarde, un grupo de aves visita el patio de mi casa. Siempre encuentran ahí agua fresca, limpia y un poco de comida también.


Entre tan ilustres y bulliciosos visitantes, hay un nutrido grupo de torcazas, palomas de ala blanca y algunas otras aves comunes, de las que vemos cualquier día en cualquier parque. Pero hay un visitante en especial.


Su trinar es especialmente complejo, alegre y delicioso al oído. Al escucharlo, diría que en su diminuto y alado cuerpo no cabe tanta felicidad. Lo he llamado Rojito por el tono de su plumaje. Muy temprano por las mañanas, se detiene en el frondosísimo árbol de Mora del patio. Canta a granel, picotea los pequeños y deliciosos frutos, festeja el nuevo día con su alegría y se va. Pero continuamente regresa al barrio durante el día. Se le escucha a veces allá y luego un poco más allá.



DSC07452

Es especialmente atrevido e hiperactivo. No me tiene miedo en absoluto. Cada tarde, cuando dejo comida en el patio, es el primero en bajar a comer, a pesar de que estoy a unos metros de él. Sólo me ve y calcula distancias. Si me acerco un poco más, hace alarde de reflejos y velocidad. Es sin duda muy confiado de sí mismo. A veces, es el líder de la pandilla. Es el primero en bajar a comer, luego los demás lo siguen. Su alegre canto simplemente me pone de buen humor.


Es una tarde de Octubre del 2008, otoñal, fresca. El sol poco a poco se va a dormir más temprano. La Mora del patio ya no luce frondosa y llena de vida. Luce amarilla y seca. Si bien es cierto que las palomas y las torcazas no fallan a su cita en mi patio, Rojito ya no está. Su alegre trinar se ha ido. Realmente lo extraño y me pregunto dónde estará. Es temporada de migración. Así que puede estar en cualquier parte.


El extraño invierno transcurre lentamente. Y digo extraño porque con las lluvias que hubo durante el verano esperábamos nieve y fríos históricos. Pero no fué así. De hecho, ha sido un invierno inusualmente cálido. El cambio climático es muy evidente. Lo que antes podíamos predecir con la pura experiencia, empíricamente, ha dejado de ser válido. Ya cualquier día puede pasar cualquier cosa. Ni las cabañuelas ni los satélites climáticos le aciertan a nada ya.


Es un medio día de Febrero de 2009, fresco, luminoso. A lo lejos me parece escuchar un sonido muy familiar. Dejo de hacer lo que hago y pongo atención. Cada vez se escucha más cerca, luego nada. Es la mañana siguiente. El día es más cálido que el anterior. Es cerca de medio día y de nuevo escucho ese sonido. Ésta vez muy cerca, inconfundible. Salgo de casa y empiezo a buscar. Justo frente a mi casa, sobre un poste de concreto, veo una pequeña y tímida figura. Juro que me mira fijamente.


Regreso por mi cámara y tomo un par de fotos a todo zoom. No es Rojito, es Amarillito...ja, ja... su plumaje no se ve rojo, sino de un tono amarillento. ¿Será Rojito?, la verdad no lo sé. Se ve tan pequeño.



DSC04266

Los días pasan y el trinar ha regresado a mi calle. Por las tardes, el distinguido visitante merodea como siempre y su plumaje es cada vez más rojizo. Rojito ha regresado. ¿Cómo sé que es él?..bueno, simplemente lo sé. Tras 4 meses, esa pequeña y alegre bolita de plumas regresó al mismo lugar, a la Mora, a mi patio, a la cita de todos los días por la tarde.


Estoy de buen humor otra vez.


3 comentarios:

ave dijo...

Si que es bello el canto de los pájaros, aquí en mi casa en el patio y en la cochera todo el día cantan y toman agua que les pongo a mis perritas y no se diga las croketas que las picotean de lo lindo,o sea comparten el pan y la sal.
Sea invierno o verano ellas siempre estan aquí alegrandonos con sus cantos . Diariamente y en estos días de cálido invierno, la barda las abriga,pues se ha calentado todo el día con los rayos del sol y permanece tibia el resto de la tarde, allí se arriman entre si, espojan sus alas y se dedican a tomar el sol del atardecer ante mi mirada curiosa que se asoma por la ventana para contemplarlas.
Son muy fieles, siempre regresan aquí, saben que encontraran alimento,la sombra en los tiempos cálidos y el calor en los tiempos fríos.

Canicularis dijo...

Yo también tengo algunas aves que frecuentan mi jardían entre ellas un carpintero y un colibrí sumamente neurótico. Rojito es un Carpodaco (Carpodacus mexicanus) el otro no lo ve muy bien como para saber.

Un saludo

Manuel Muñoz Aldana dijo...

Gracias Canicularis!, no sabía qué tipo de ave era Rojito y ya investigué un poco más.
El color rojizo varía con la estación del año, desde un amarillo pálido hasta el rojo naranja y el cambio de color se debe a la dieta, a los frutos que come.
La segunda foto es también de Rojito, pero su plumaje es precisamente amarillento.

Ave, también tengo de visitante a un chanate ladrón (quiscalus mexicanus raterus). Se roba las kroketas del Labrador amarillo de mis vecinos, luego baja al recipiente de agua de mi patio, arroja la kroketa al agua, espera pacientemente y cuando está remojada, la parte con su pico y la devora sin empacho alguno.

Me divierte mucho observar la conducta de las aves, desde sus bravatas territoriales hasta los cortejos de apareamiento.