martes, 5 de mayo de 2009

Detrás del Cubrebocas (Parte III)

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Tras un fin de semana aburrido y caluroso, hasta la Influenza N1H1 parece haberse hastiado de ser el tema principal de toda conversación o noticia. De acuerdo a las cifras oficiales actualizadas hora por hora, hay un significativo descenso en el número de contagios y en cuanto a las muertes, afortunadamente dejaron de ocurrir.


Pero los virus, especialmente los de éste tipo, responden también al principio de la conservación de la energía: no se pierden, sólo se transforman. Éste virus ha llegado para quedarse y la próxima vez que oigamos de él, va a venir seguramente con una mutación. Y probablemente con más virulencia que la actual.


El día de ayer visité el centro de la ciudad y la verdad, debo decir que los cubrebocas brillaban, pero por su ausencia. Junto a Palacio de Gobierno, había una enorme manifestación de gente pidiendo solución a un problema relacionado con la inseguridad que se vive en Chihuahua. Era una considerable multitud y nadie traía cubrebocas.


Pero en general, no se observa ni sicosis ni compras de pánico ni nada que nos haga pensar que aún hay riesgos. Todo se ve demasiado normal. Me pregunto si no estamos bajando la guardia demasiado pronto. Las actividades a nivel nacional y local vuelven a la normalidad. Para el lunes 11 de Mayo, la totalidad de las escuelas a todos niveles y guarderías infantiles habrán abierto sus puertas para operar de manera normal.


Lo mismo sucederá con teatros, cines, restaurantes y cualquier otro centro de entretenimiento. Deberán seguir algunos protocolos sanitarios, pero abrirán sus puertas.


Han tomado mucha relevancia algunas acciones un tanto "desproporcionadas" llevadas a cabo por algunos países, por ejemplo, China y Argentina, que han cancelado los vuelos a y desde México. China ha ido un poco más allá aislando en cuarentena a ciudadanos mexicanos. Se ha criticado mucho tal acción, pero después de del brote de Gripe Aviar hace unos años, al menos yo, comprendo por qué lo hacen.


Lo curioso es que, por ejemplo Estados Unidos está en plena etapa de contagios y no han suspendido los vuelos con ese país. Pero así funciona éste mundo, todas las pulgas se le juntan al perro más flaco.


México ya tenía suficientes problemas financieros y de pérdida de empleos en el área industrial. Ahora también el área turística ha sido golpeada brutalmente. Las remesas en dólares de los mexicanos en Estados Unidos han venido a la baja por más de un año. Ya sólo nos falta que mañana se nos acabe el petróleo para acabarnos de joder.


Pero mientras haya héroes enmascarados y fútbol, habrá suficientes dosis de catarsis como para seguir siendo felices.

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