Gracias a Movimiento Chile Prociclista por Ley de la Bicicleta, por hacerme llegar el texto que a continuación transcribo.
Un abrazo al pueblo Chileno.
Aquí otro Serrat que vosotros no conoceis.
http://www.elmorrocotudo.cl/admin/render/noticia/19855
La pérdida de una hija recién nacida, el dolor inconsolable de su madre, y una familia que hace lo imposible por encontrarla, incluso, llegar a Joan Manuel Serrat en Viña del Mar en Chile ... y milagro que puede hacer una canción
Por Omar Villanueva Olmedo
chile.prociclista@gmail.com
Comienzos de los años 90, tiempos de fax no existían celulares ni blackberry´s solo unos gigantescos teléfonos portátiles como presagio de la nueva tecnología por venir. Como familia grande a la antigua de larga historia en Chile, recibimos la grata noticia del nacimiento de las hijas mellizas de unos primos mitad de Febrero. Todo el mundo de vacaciones. Tiempo de Festival a falta de carnaval en un cálido verano. De pronto todo cambió con el nervioso despertar la parturienta en la maternidad a mitad de la noche. Su instinto materno le dice que algo extraño pasa.
Descubre con espanto que una de sus hijas ha desaparecido de la cuna. Llama, pide información le dicen: "Que se tranquilice que van ver lo que pasa". Mas ella no acepta la respuesta y baja al primer piso a duras penas, consigue unas monedas -no era tiempo de celulares- y llorando llama a casa pidiendo ayuda. Su hija de un par de días ha desaparecido misteriosamente desde el lado de su cama. Desesperación, nervios, rabia, gritos, impotencia en la familia. ¿Cómo encontrarla? Preguntas y más preguntas. Nadie sabe nada. Nadie vió nada a mitad de la noche en el viejo hospital.
La abuela -Alicia- llora desesperada por su nieta perdida y parte el alma ver su cara angustiada. Comprobamos una vez más que las mujeres sienten de modo distinto a los hombres. Frente al drama inesperado, le digo para calmarla que se quede tranquila, que no llore que le vamos a encontrar a su nieta, que tenga fe, que la vamos hacer aparecer. Uno dice esas cosas en el momento, sin pensar mucho ni saber cómo lo va a resolver.
Es una situación nunca vivida, no se tiene experiencia sobre el tema y de poco sirven los conocimientos convencionales y otras cuestiones útiles para tiempos normales. Más sentíamos una corazonada, una suerte de señal divina que nos hacía mantener la confianza que la guagua estaba viva y que aparecería. Pero pasan las horas y tomamos Conciencia de la difícil promesa hecha a nuestra tía para encontrar a la beba con vida. ¿Qué podemos hacer para hallarla, a quién recurrir?
La familia completa se concentra en la frenética búsqueda. Las horas cuentan nos dice la policía. Cualquier pista ayuda y sirve. Somos una familia a la antigua y una par de cientos dispuestos a ayudar pero... ¿Dónde donde y como buscar? Lo primero que se viene a la cabeza llamar a los medios de comunicación, tomar contacto, ezar, preguntar incluso aleatoriamente a cualquier extraño uno nunca sabe donde puede aparecer una señal. Al final llamábamos a cualquier teléfono informándoles lo que nos pasaba y pidiendo su ayuda y que nos dieran cualquier pista o dato que supieran. Se llamó por teléfono durante toda la noche y el día siguiente.
Los faxs salían "urbi et orbi" con un comunicado ad hoc, pero pasaba absolutamente nada. Era la búsqueda de una aguja de un pajar del tamaño de Santiago. Las radios, diarios y televisión informaban y pedían colaboración. Lo mismo otras instituciones Carabineros e Investigaciones, Ministerio del Interior y de Salud hacían su mejor esfuerzo pero ningún dato, ninguna señal de la niña. Ni una huella de la pequeña melliza perdida ¿Estaría todavía en Santiago o quizás ya la habían sacado fuera del país? Cien hipótesis y conjeturas desesperadas: rapto, trasplante de órganos, comercio de niños, un accidente.
Todos buscando un culpable, un responsable, ofreciendo recompensas, pero pasaban las horas y la niña no aparecía. Se pegaron afiches y carteles -no había fotos de la pequeña- además son casi todas iguales recién nacidas, solo se tenía como referencia a la hermana de la gemela. Pero no hay resultados, ni una sola llamada de respuesta con algún indicio. Segundo día de búsqueda. No aparece. Incluso una visita desesperada a la casa del Presidente de la República, más casi todas las autoridades, nuestros amigos y relaciones están casi todos de vacaciones.
Los reemplazantes y los pocos amigos que permanecen en Santiago tratan de hacer algo pero imposible, no hay señal alguna de vida de la recién nacida. Simplemente se había esfumado. En paralelo, ajenos al drama todo el mundo aprovechando los últimos días de vacaciones y entretenidos con el Festival de la Canción de Viña. Entonces viene la ocurrencia, quizás por desesperación, quizás por inspiración divina, quizás por la energía de todos los que la buscaban y rezaban junto a nosotros una idea: ¡Tenemos que lograr un llamado en el Festival de Viña! Ese llamado sí que lo van a oír todos. Era casi la única y última alternativa que nos quedaba o se perdería la niña -como ocurre con muchos niños en el mundo perdidos de por vida- o quizás incluso podríamos evitar su muerte.
Se intenta tomar contacto con la organización del Festival, pero es imposible están comprensiblemente ocupados en sus menesteres: la seguridad, el cuidado de los invitados, el rating. El control de imágenes y micrófonos es estricto. No se pueden prestar para algo tan ambiguo que puede ser una broma o cualquier otra cosa nos decían. Es una decisión imposible, nunca hemos hecho ese tipo de llamados. Desesperados, decidimos llamar al hotel y pedir conversar directamente con el Sr. Joan Manuel Serrat. “Imposible Uds. están locos él no conversa sin una petición previa.
Está descansando antes de su presentación de esta noche. Disculpen pero imposible comunicarlo con él...”. Tampoco alcanzábamos a llegar a su presentación de medianoche. Incluso llegando a Viña, lo más probable es que no pudiésemos sortear las barreras de seguridad del evento. Tampoco sabíamos si él estuviese dispuesto a realizar un llamado por una niña desconocida y sin contar con mayores antecedentes. Por sus canciones suponíamos que si pero... Una y otra nueva llamada al hotel y de pronto nos responde una señora amable, una simple trabajadora.
Una de las miles de empleadas anónimas que ahí laboran. Le explico nerviosamente lo que nos pasa y le pido su ayuda y si ella pudiera conversar con Joan Manul Serrat y entregarle un mensaje nuestro. Me dice que por la seguridad es casi imposible hacerlo. Entonces le imploro si ella nos puede recibir una carta por fax y hacerla llegar a Joan Manuel por debajo de la puerta. Nunca supimos como lo hizo. Nunca le vimos su cara, pero ella si nos creyó y de algún modo se las ingenió para hacer llegar la nota de una petición desesperada al cantor poeta en tiempos que no había mail. En la nota -bien recuerdo- le pedíamos al trovador que hiciera realidad una canción de su último disco titulado: "La Utopía". Rogábamos que hiciera real su canción, pero ahora en Chile para ayudarnos a encontrar a la niña perdida.
Media noche y el catalán -veinte años menor que ahora- sale a actuar con toda su hidalguía y garbo. Se le notaba muy ensimismado. Pensamos que diría algo al comenzar su actuación pero calla. Canta su primera canción y nosotros apretadas las manos esperando, pero nada ni una palabra. Pausa e inicia su segundo tema y nuevamente no se refiere a la petición esperanzadora. No dice nada sobre la niña.
Sentimos una congoja inmensa, un candado en la garganta, pensamos en la mamá de las mellizas, en la abuela Alicia y el abuelo Julio, y en nuestro primo.¿Que más podíamos hacer? Habíamos fallado o ilusionando en un imposible. Se nos cruzaron muchas ideas negras y mucha rabia: que no recibió el mensaje, que no se atrevió a leerlo, que le dijeron que era mentira, que le amenazaron con tirar comerciales o bien que a lo mejor este Serrat no era el Serrat que imaginábamos y que erróneamente le habíamos idealizado. Más de pronto... Serrat a mitad de su canción detiene su interpretación abruptamente y dice con voz pausada, con mucha emoción y un auténtico sentimiento: "me ha llegado una petición, una carta en la que se me piden ayuda para encontrar y liberar a una niña recién nacida que le ha sido arrebatada a sus padres", "yo les pido de corazón a quienes tengan a esa niña que la entreguen a sus padres" e insistió categórico en su español acentuado "a quienes tengan información, les pido que la hagan llegar a sus padres y quienes tienen a la niña la que devuelvan”, más otras palabras maravillosas.
Nos dolió la garganta, se nos apretó el corazón, se apretó y aceleró el pulso. Nos subió un torrente de sangre que nubló nuestro cerebro y un salió un grito en la voz: ¡Gracias Joan Manuel! ¡Gracias Joan Manuel! Me impactó mucho el tono profundo y poético de su súplica, al mismo tiempo que de una forma muy directa, con mucha autoridad y firmeza. Era totalmente consciente de que cada palabra marcaba la diferencia de encontrarla viva o perderla para siempre. Era una petición, una suerte de orden pero con cariño, un verdadero poema de amor y con muchísima fuerza. Un poquito imagino debió ser como el tono de Cristo hablando a su gente en Palestina. Y luego con la humildad y simpleza que caracteriza a este artista mira hacia lo alto y entona un sentido: "Esos Locos Bajitos que se nos parecen". Posiblemente, pasado los años y con más calma, creo que artísticamente esa ha sido la mejor interpretación de dicha canción dedicada a la infancia en toda su carrera de la quizás ni él ni la crítica es consciente.
Un par de horas después de terminar su canción alrededor de las 4 de la madrugada se produce el milagro de la música. Se recibe una llamada anónima de una mujer diciendo: "yo la he escuchado llorar y creo saber donde está la niña". El resto de la historia está en la prensa de la época y en manos de la policía que la rescató. Al iniciarse el Festival de Viña mi hija a al ver a Serrat me pregunta para confirmar: “El que salvó a la prima ¿No?”. Esa pregunta me motivó a escribir esta nota.
Quiero por medio de esta nota pública agradecer y rendir homenaje a Joan Manuel Serrat en la hermandad de la poesía. Expresarle a través de este medio nuestros eternos sentimientos y acción de gracias, por haber leído nuestra carta en esos años y por captar el sentimiento de una simple familia chilena. Su noble gesto para con una niña de la patria a recién nacida habla por si solo y le autoriza a tomarse licencias para decir lo que piensa aunque incomode a algunos. También agradecer a esa mujer -una funcionaria anónima de un hotel de Viña- que nunca recibió una antorcha pero supo entender, sentir y creer que todo era verdad y que arriesgó su cargo para a entregar la carta a Serrat.
Ella es el símbolo y representa a todas las madres, instituciones, medios de comunicación y personas anónimas que nos ayudaron a encontrar a la pequeña. Junto a todos ellos enfrentáramos uno de los momentos más duros que ha vivido nuestra familia tratando de encontrar a la pequeña melliza perdida. Todos los años hacemos un gran encuentro de la familia y la amistad. Joan Manuel Serrat es por cierto nuestro invitado de gala siempre presente. Le homenajeamos interpretando su himno "Cantares: todo pasa y todo queda pero lo nuestro es pasar" como reconocimiento a su nobleza desinteresada y crédula que fue capaz de escuchar una petición imprudente, a diferencias de otros nacionales que no se atrevieron.
Joan Manuel Serrat un hombre y artista íntegro y coherente quedará para siempre en nuestros corazones y el de nuestros descendientes, incluso cuando los animadores anuncien el final de del Festival de Viña como dice su canción: "Gloria a Dios en las alturas"!.
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