Décimo día de eventos del 4to. Festival Internacional de la Ciudad de Chihuahua.
Ese modo de andar...
Casi casi vulgar...
Sofisticada diva...
Estas frases de la canción Nena, de Miguel Bosé quedan como anillo al dedo a ésta mujer camaleónica, controvertida, histriónica, sobreactuada, exhibicionista, encantadora, talentosa e innegablemente atractiva llamada Susana Zabaleta.
Cantante y actriz, la Zabaleta no es ninguna improvisada. Originaria de Monclova, Coahuila, es una soprano con estudios de ópera en Florencia, Italia y egresó como concertista de la Escuela Superior de Música de la Ciudad de México.
Acompañada por la magnífica y muy poco promocionada Orquesta del Conservatorio de la Ciudad de Chihuahua, anoche dejó muy en claro que si bien es actriz, lo suyo, lo suyo, es la cantada.
Ataviada con un vestido azul que seguramente tomó del guardarropa de Jessica Rabbit, desde el momento mismo que los reflectores se posaron sobre su anatomía, arrancó aplausos, silbidos, gritos de admiración, piropos impúdicos y cualquier otra lindeza e improperio que se imaginen del público.
Abrió el concierto con Esta Vida Loca, de Francisco Céspedes y de ahí siguieron un sinnúmero de canciones populares de todos los tiempos, con arreglos orquestales a la altura de una soprano concertista.
Pero la Zabaleta es tan impredecible, que precisamente eso es lo que esperamos todos, que en cualquier momento cambie el curso de las cosas. Canciones como Piel Canela, La Mala, Te Busqué y algunos boleros, fueron las interpretaciones serias de la noche.
Pero también hubo momentos de mucho humor, de jocosas vulgaridades, de interacción con el público, de divertidas palabrotas y de canciones con letras dignas de un show cómico, todo lo cual le fué festejado en grande con risas y aplausos.
Igualmente pasaba de la sofisticación y la pose de una diva, a la actitud vulgarmente atractiva de una pueblerina cachonda. Pasaba del canto soprano educado al canto con exagerado acento rural norteño.
Después de un divertido sketch acerca de las mujeres muy enamoradas, interpretó Loving You, aquélla canción del mediados de los 70´s de Minnie Riperton. Y como era de esperarse, alcanzó muy bien las notas más altas de la canción. Y créanme, esa canción, sólo un puñado de cantantes se atreven a cantarla en vivo.
En la segunda parte del concierto, cambió de vestido para beneplácito del respetable, especialmente los caballeros, que no dejaban de chiflar y festejarle cualquier tontería. Si bien no atrajo a enormes multitudes a El Palomar, la asistencia fué muy buena, de unas 10 mil personas y el público estuvo todo el tiempo metido de lleno en el show.
Para esta ocasión, se incorporó al escenario una pasarela y escalinatas que permitieron a la Zabaleta bajar, mezclarse entre la gente y cantar con algunos de los asistentes.
Fué una noche muy divertida, en la que, como en botica, hubo de todo.
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