La expectativa era mucha, cuando me enteré que a las 8 de la mañana ya había gente en El Palomar, me sorprendió bastante. Después me enteraría que desde las 7 p.m. ya no cabía un alma en la explanada del asta bandera.
Llegué al lugar a eso de la 7:45 pm y el lugar más cercano donde encontré estacionamiento fué a casi 1 km. de distancia. Al llegar a El Palomar aquéllo era algo digno de verse: desde el escenario hasta el kiosco, todo era un sólo bloque de gente, un hormiguero impenetrable de unas 50 mil personas.
Y aunque el grupo se retrasó casi 45 minutos en salir al escenario, a eso de las 9:15, por fin la espera acabó. Provenientes de un mundo diferente, convulsionado, revolucionario, liberal, reprimido, hippie, bajo el fantasma de la guerra fría y de Viet Nam, su música ha perdurado por 40 años, desde que lanzaron su primer disco bajo el nombre de Creedence Clearwater Revival, a finales de la década de los 60´s.
Este grupo de rock clásico reunió lo mismo a lactantes que a choppers exhibicionistas, a cholos y a cheros, a adolescentes y a gente madura y hasta muuy madura, a darketos y punketos, a juniors y chavos de la calle.
Todos compartiendo el mismo gusto por un rock que ya es legendario. Abrieron con una de la rolas más rebeldonas y moteras: "Born on a Bayou", luego le dieron rienda suelta a su repertorio.
Era raro quien no se supiera al menos un pedacito de alguna rola, ya sea "Bad Moon Raising" (rola ideal para banda sonora de películas de vampiros), "Down on the Corner" (por su inconfundible introducción, una de las rolas más usadas para aprender guitarra), "Have You Ever Seen the Rain", imaginen 50 mil personas coreándola!!!.
Luego "Cotton Fields", "Who´ll Stop the Rain", "Molina", "Midnight Special" y muchas, pero muchas otras. Un concierto de una banda cuyas canciones son cantadas y bailadas por gente que nació 20 años después de que lanzaron su primer disco, desde chavos banda hasta fresas trasnochados. Esas son las verdaderas leyendas, no pedazos, peace and love, bro!.
Un muy buen cierre para el Festival. Dado que era imposible llegar a menos de 200 metros del escenario, sólo pude tomar unas cuántas fotos con telefoto desde el kiosco, a casi 300 metros de distancia. Así que mientras escuchaba el concierto caminé alrededor para ver algo del ambiente y me encontré con una cosa curiosa: al no haber dónde subirse para ver el espectáculo, la Policía accedió a permitir que la gente se subiera a la caja de sus camionetas pick up, como gradas improvisadas.
Así de grande es el poder de convocatoria de este grupo, que dicho sea de paso y de acuerdo a las notas de la prensa local, ni en sus sueños más peyoteros, pensaron que iban a juntar a más de 50 mil almas en este concierto, el récord de asistencia en 3 años del Festival.
Espero que ambos festivales se superen para el 2008.
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