Es la edición 26 de la Expogan, la exposición ganadera y comercial que año con año atrae a miles de chihuahuenses y visitantes de fuera de la Ciudad y del Estado, ya sea por sus espectáculos artísticos o simplemente por la diversión que se puede encontrar en sus juegos mecánicos, bares, restaurantes y hasta en la exhibición de las distintas especies de animales que especialmente son atractivas para los miles de niños que se dan cita cada año en la Expogan.
Como es tradicional, la fiesta ganadera por excelencia da inicio con un desfile por las más céntricas calles de la ciudad. Y como siempre, la gente se reúne a su paso para admirar a los cientos de jinetes, hombres, mujeres y niños vestidos a la usanza vaquera.
Pero sin duda, lo más admirado, son las lindas vaqueritas que engalanan el desfile.
Si hay algo que alguna vez me gustaría que se volviera a hacer en alguna edición futura de la Expogan, es el poder viajar de nuevo en aquél tranvía del ChePe, que cada hora hacía el viaje ida y vuelta desde la estación del ferrocarril a la Expogan. Un viaje corto, pero muy pintoresco que aportaba ya desde el viaje mismo un ambiente muy divertido.
La ciudad, simplemente sigue de fiesta.
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