Octavo día de eventos del 4to. Festival Internacional de la Ciudad de Chihuahua.
Paul Anka grabó su primer hit en 1957, una canción llamada Diana.
De niño, allá por los 70´s, recuerdo haber escuchado sus canciones por la radio y haber visto sus discos en las tiendas. En ese entonces, Paul Anka ya era un ídolo.
Para quienes hayamos vivido en la ciudad de Chihuahua a principios de los 70´s, o incluso antes, recordaremos sin duda dos estaciones de radio: Radio Mundo y La Pantera. Ésta última sigue al aire en una frecuencia de AM. Recuerdo en especial la primera, que tenía como característica que al final de cada canción, se decía el nombre, el intérprete y su nacionalidad y cada hora, a la hora en punto, se daba la hora local y la hora en alguna otra ciudad del mundo. Recuerdo algo así como: acabamos de escuchar Having My Baby, Paul Anka, Canadá.
En aquél entonces, la música de Paul Anka era parte obligada de la programación diaria en la radio. Recuerdo en especial 3 canciones: Lonely Boy, Put Your Head on My Shoulder y Having My Baby. Las dos primeras eran ya clásicas y la tercera, recién salida al mercado, correría la misma suerte.
Ídolos nacionales de los 60´s como Alberto Vázquez, César Costa y Enrique Guzmán interpretaban sus canciones. Tu Cabeza en mi Hombro de Enrique Guzmán y Significas Todo Para Mí (You Are My Destiny) de Alberto Vázquez han sido de sus más grandes éxitos y curiosamente, César Costa dijo en alguna ocasión que no le gustaba Paul Anka como cantante y que de no ser por él, Anka no hubiera sido conocido en México. Como dicen los gringos, yeah, right!....lamentablemente, a veces los patos le tiran a las escopetas.
Pocos, muy pocos tienen en su haber 50 años de carrera artística, 120 producciones discográficas y más de 40 millones de discos vendidos. Muchos menos pueden decir que han escrito canciones para Buddy Holly, Donny Osmond, Barbra Streisand, Tom Jones, Sammy Davis Jr., Frank Sinatra y más recientemente Michael Bublé.
Todavía menos pueden decir que han co-escrito canciones junto a Richard Marx, Michael Jackson y Michael McDonald. Menos aún pueden jactarse de estar 30 semanas o más de cada año en gira y tener uno de los mejores shows de temporada en Las Vegas.
Tal vez un par puedan presumir de haber estado en las listas de Billboard por cinco décadas.
Todavía menos pueden decir que han co-escrito canciones junto a Richard Marx, Michael Jackson y Michael McDonald. Menos aún pueden jactarse de estar 30 semanas o más de cada año en gira y tener uno de los mejores shows de temporada en Las Vegas.
Tal vez un par puedan presumir de haber estado en las listas de Billboard por cinco décadas.
Pero sólo uno puede decir que una de sus canciones muy bien pudiera ser la más conocida en el mundo contemporáneo: My Way.
Y su nombre es Paul Anka.
40 años después de haberlo escuchado por primera vez en la radio, anoche, lo ví y escuché en persona.
Desde muy temprano la gente ya se dejaba ver en buenas cantidades en El Palomar, que dicho sea de paso, cambiará su nombre por el de Foro Tricentenario. El escenario tenía cambios. Hacia el frente del mismo, había una pasarela que se extendía primero frente al escenario, luego a izquierda y derecha, lo cual indicaba que habría mucho más contacto con el público.
Las miles de sillas se ocupaban rápidamente y las que no se ocupaban, eran apartadas con gran celo en espera de la llegada de familiares y amigos. A las 6 de la tarde, fácilmente el 50% de las sillas ya estaban ocupadas o apartadas. Para las 8 pm, El Palomar lucía absoluta y totalmente abarrotado de gente. Si bien en un principio el público era de unos 30 años o más, hacia el final, era claro que la diferencia generacional había sido rebasada. Igualmente se veían adultos mayores que jovencitos.
El show empezó finalmente, pero Paul Anka no estaba en el escenario, no, estaba entre el público, donde se dejó querer, saludó y posó para cuanta cámara había a su alrededor.
Posiblemente tardó unos 10 segundos en echarse a la bolsa a los seguramente más de 30 mil asistentes que estábamos ahí. Primero, iniciando el show enmedio del público, luego, sobre el escenario, quitándose su corbata y arrojándola al público y después pidiéndole la cámara a una dama que quería tomarle una foto. Paul simplemente tomó la cámara y él mismo se retrató.
Con un dominio absoluto del escenario y un gran carisma, el señor hizo lo que quiso y cual Flautista de Hamelin, tuvo el poder de encantar hasta al último de los espectadores y llevarnos a través de ese camino de 50 años de éxitos.
Unos de pie, otros cantando, otros bailando...de Lonely Boy a My Way, de Put Your Head on My Shoulder a Tears in Heaven, la inmortal de Eric Clapton, de She´s a Lady a New York, New York, entre muchísimas otras. Y gracias a la tecnología, un par de duetos, uno con Sammy Davis Jr. y claro, My Way con Frank Sinatra.
Por si no fuera suficiente, la última producción de Paul Anka, Rock Swings, contiene versiones a ritmo de orquesta de clásicas del rock moderno como Jump de Van Halen o Smells Like Teen Spirit de Nirvana, así como My Way a dúo con Bon Jovi. De ellas, interpretó la primera.
Por si no fuera suficiente, la última producción de Paul Anka, Rock Swings, contiene versiones a ritmo de orquesta de clásicas del rock moderno como Jump de Van Halen o Smells Like Teen Spirit de Nirvana, así como My Way a dúo con Bon Jovi. De ellas, interpretó la primera.
Apoyado por videos, mostró un álbum de fotos, con algunas de sus memorias, fotos al lado de Buddy Holly, Frankie Avalon, Sammy Davis Jr., Frank Sinatra, Celine Dion, Tom Jones y una lista interminable de figuras de todos los tiempos. Fotos de sus hijas y de sus viajes. Fotos de una vida compartidas con su público.
Y la orquesta...¡qué orquesta señores!....la misma con la que se presenta en los mejores escenarios y shows de Las Vegas. Así que imaginen la calidad del sonido y la maestría en la ejecución de los instrumentos.
Incluso se dieron el lujo de alardear al final del show con una genialidad del arreglista, una intro de un minuto con el beat de guitarra eléctrica y batería de Legs, de ZZ Top y el resto de las cuerdas y vientos con los acordes de My Way para convertirse luego de la intro en Rolling Down The River, una de las clásicas de la inmortal banda Creedence. Realmente de alarido.
Hay conciertos comunes y corrientes y hay conciertos que son toda una producción de altísima calidad. Y éste fué uno de ellos.
Por la calidad del show, la cantidad de recuerdos evocados, el haber cruzado la barrera generacional y las credenciales de Paul Anka, la noche de anoche vimos el que bien pudiera ser el segundo mejor concierto del año en Chihuahua.
Se agradece que Paul Anka haya venido a cantar, pero más se agradece que haya cantado con esa alegría. Se agradece que nos haya hablado en nuestro idioma con un intérprete, pero más se agradece que nos haya hablado con su talento. Se agradece que haya cruzado la barrera de las generaciones, pero más se agradece que haya cruzado la barrera del escenario. Se agradece que haya tocado al público, pero más se agradece que nos haya tocado a todos con su música.
Y eso, eso sólo lo hacen los grandes.
Por la calidad del show, la cantidad de recuerdos evocados, el haber cruzado la barrera generacional y las credenciales de Paul Anka, la noche de anoche vimos el que bien pudiera ser el segundo mejor concierto del año en Chihuahua.
Se agradece que Paul Anka haya venido a cantar, pero más se agradece que haya cantado con esa alegría. Se agradece que nos haya hablado en nuestro idioma con un intérprete, pero más se agradece que nos haya hablado con su talento. Se agradece que haya cruzado la barrera de las generaciones, pero más se agradece que haya cruzado la barrera del escenario. Se agradece que haya tocado al público, pero más se agradece que nos haya tocado a todos con su música.
Y eso, eso sólo lo hacen los grandes.
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